EL PASO DEL TIEMPO

Vivimos en una época de absoluta glorificación de todo lo joven: moda joven, música joven, diseño joven. A todo hay que ponerle el apelativo de “joven” para que sea “publicitariamente correcto”.
Por supuesto que la juventud es, normalmente, una espléndida época de la vida, pero eso: una época más de nuestra vida. A veces se tiene la impresión de que, los que ya no estamos cronológicamente en ese tramo, de alguna forma tenemos que pedir “perdón” por ello.
Me parece absurdo cuando alguien con cincuenta y tantos años dice que se siente “como si tuviera 20”. Pues no señor, no es mi caso, yo que ya he cumplido los 60 años reivindico mi realidad y mi derecho a no tener el mismo aspecto de cuando tenía 40 o 50, a cansarme más, a que no me gusten las mismas cosas, a no hacer otras por comodidad, limitación física o cualquiera de esos “terribles” conceptos proscritos de nuestro lenguaje “porque hacen mayor”.
Me parece patético y sobre todo inútil, no aceptar algo tan natural como el paso del tiempo, y pretender (que no lograr), anclarnos en el “look” y los gustos de una edad que no es la nuestra, solo porque esa estúpida moda de que exclusivamente lo joven es bueno, nos lo imponga.
También me molesta un poco cuando alguien se refiere a cuando era joven como “mis tiempos”. ¿Es que acaso estos de ahora no lo son también?. Naturalmente que sí. Mientras vivamos en éste mundo, “estos tiempos” son tan nuestros como de los que ahora tienen 30 años, ¡pues no faltaba más!.
Da la impresión de que, solo por el hecho de ser joven, todo es feliz y maravilloso, y eso no siempre es así. Por ejemplo recuerdo sin demasiada simpatía aquella época de la adolescencia con aquellos “ataques” de invencible timidez, de lucha con el acné juvenil, de tener la desagradable sensación de que “nadie te entendía” (empezando por ti misma), y tampoco me gustaría tener que repetir aquellas terribles “reválidas” del Bachillerato de entonces.
Creo que el secreto de la vida, seas joven o menos joven consiste, primero en aceptarte y “quererte” tal como eres, y después en buscar el atractivo de las pequeñas cosas que te rodean y disfrutarlas plenamente.

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