"EL ÚLTIMO PINO"

He tenido ocasión de disfrutar de la ruta que el Ministerio de Medio Ambiente ha adecuado con el nombre de “Camino Natural del Eresma”, y que, con inicio en los Altos de la Piedad, conduce al paseante por encima de lo que conocemos como “Pinarillo”.
Segovia es ciudad bellísima para ser paseada por sus calles, pero, tal como decía el Marques de Lozoya que la amó profundamente, “el mejor monumento de la ciudad, es la ciudad misma”, y verla desde su hermosa periferia, la confiere un encanto especial.
Las vistas que se dominan desde este camino, son sencillamente espectaculares. Desde el mirador denominado “el Último Pino”, se nos ofrece una panorámica de la ciudad vieja, de la Catedral y del Alcázar realmente impresionante. El verde de los pinos, los arbustos en flor, la azul sierra a lo lejos, el hermoso “espolón” que el Pinarillo proyecta sobre la carretera de los Hoyos, la Veracruz, los Carmelitas, la sinuosa carretera de Zamarramala, todo forma un marco encantador para que, desde allí, nuestra preciosa Segovia, luzca espléndida.
Siguiendo el camino, nuestros pasos nos llevan a otro mirador fascinante que nos asoma a los valles del Eresma y el Clamores. El río pasa bajo el puente de San Marcos, y el barrio se nos brinda desde allí con su gracioso y sinuoso diseño, mientras el Alcázar nos recuerda una vez más, un barco varado soñando singladuras en mares imposibles.
Tras una parada allí, donde se han instalado unos asientos, se sigue descendiendo hasta el llamado “Puente de San Lázaro”, donde el camino continúa por la margen del río, rodeado de árboles, y bordeando las altas peñas donde revolotean las aves que allí tienen sus nidos, y en cuyas laderas los arbustos lucen las blancas flores con que la primavera los ha engalanado. Los bancos que salpican el camino, nos ofrecen la posibilidad de descansar mientras disfrutamos del sonido del agua del río y el canto de los pájaros.
Una ruta absolutamente deliciosa que todo el mundo debería conocer y disfrutar.

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