RECUERDA QUE ERES HOMBRE

Mas de 350 periodistas acreditados, un estadio abarrotado de apasionados admiradores, que “rugían” su entusiasmo cada vez que se pronunciaba el nombre de ese joven moreno y delgado que recibía las aclamaciones vestido con su camiseta número nueve, y que ha sido objeto del fichaje más alto de la historia. Un clima épico rodeado de triunfales músicas “ad hoc”. Todo con la desmesura que caracteriza a nuestro deporte rey.
Obvio es decir que me estoy refiriendo a la presentación del fichaje estrella con que Florentino Pérez ha conseguido que desde hace tiempo nadie hable ya de la gesta deportiva de su eterno rival, el Barcelona: el futbolista portugués Cristiano Ronaldo.
Algo en la estética del evento, e incluso el nombre de este “muchacho de oro”, me trajo a la memoria aquellas grandiosas superproducciones de Hollywood, las famosas películas “de romanos”, donde los generales triunfantes en las campañas de expansión del Imperio, desfilaban ante el Cesar entre las aclamaciones del pueblo. Y me ha venido a la cabeza, la figura de un siervo que, en el carro de caballos y detrás del héroe, le iba musitando de vez en cuando la sensata y reveladora frase de: “Recuerda que eres hombre”.
Era una especie de contrapunto equilibrador, que los romanos consideraban imprescindible para evitar que el aclamado personaje se creyera un dios ante tanta parafernalia glorificante.
Siempre que alguien tan joven, (generalmente deportistas o cantantes) vive una situación parecida, le deseo que alguien a su lado, le haga comprender que, por encima de esas fabulosas cifras de dinero ganado, por encima de los halagos, por encima de la vanidad, debe procurar que la situación no le desborde, y ya que estamos con reflexiones latinas, que recuerde aquella frase: “sic transit gloria mundi”. Y puesto que las glorias del mundo son tan pasajeras, que no deje de tener los pies en la tierra.