El reloj de la iglesia



Contador de las horas,
centinela del tiempo,
marcador en tu esfera
del devenir del pueblo.

Que, desde tu atalaya
sobre la altiva torre,
vas marcando la historia
para ésta Villa noble.

Tus manecillas giran
insomnes é incansables,
para signar el tiempo
que pasa inexorable.

Señalando las horas
decisivas ó grises,
las apesadumbradas
y también las felices.

Cien años transcurridos
acompañando el paso,
el son de nuestra vida,
que sucede aquí abajo.

Tú corazón de máquina
latiendo sin descanso,
la referencia ha sido
del ocio y el trabajo.

Que mis pequeños versos
en éste Centenario
te sirvan de homenaje :
¡Feliz Aniversario!.

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