LOS EFECTOS DEL CALOR
El calor excesivo produce efectos perniciosos en el comportamiento de las personas. Se han estudiado cambios de conducta propiciados por las altas temperaturas, tales como irritabilidad, sensación de mareo etc.
A la vista de la noticia que hemos conocido en estos días de que una asociación formada por abogados murcianos, “pretende” que sea retirada la imagen de la Patrona de Segovia, la Virgen de la Fuencisla, de la hornacina del Acueducto romano, empiezo a pensar que el calor también puede producir en los cerebros de algunos humanos extrañas alucinaciones.
España es, legalmente, un Estado aconfesional, y así debe ser. Sin embargo, y aunque a algunos les resulte insoportable, en su entraña misma como pueblo guarda tradiciones y costumbres íntimamente unidas a la cultura judeo-cristiana que ha formado parte de su idiosincrasia desde tiempo inmemorial.
Pretender que se retire de la hornacina una imágen, que por cierto lleva ahí la friolera de 490 años, y que sea sustituida por otra de Hércules Egipcio, es una extravagancia tan absoluta que debemos considerarla como un delirio producido por el calor en estos abogados murcianos, que seguro que cuando llegue el otoño y regresen a sus bufetes, donde quiero suponer que tendrán asuntos mas importantes que atender, se les pasará.
Al parecer en su opinión: “supone una profanación del monumento romano, y le priva de su encanto”. Lo que es a todas luces una profanación del sentido común es semejante salida de tono, y al Acueducto es muy difícil que nada ni nadie le prive de su encanto, ni siquiera los desvaríos de algunos.
Por cierto me ha gustado mucho la respuesta del Alcalde de Segovia, yo también opino como el Sr. Arahuetes: “que se vayan a quitarla a Murcia”.
Pretender que se retire de la hornacina una imágen, que por cierto lleva ahí la friolera de 490 años, y que sea sustituida por otra de Hércules Egipcio, es una extravagancia tan absoluta que debemos considerarla como un delirio producido por el calor en estos abogados murcianos, que seguro que cuando llegue el otoño y regresen a sus bufetes, donde quiero suponer que tendrán asuntos mas importantes que atender, se les pasará.
Al parecer en su opinión: “supone una profanación del monumento romano, y le priva de su encanto”. Lo que es a todas luces una profanación del sentido común es semejante salida de tono, y al Acueducto es muy difícil que nada ni nadie le prive de su encanto, ni siquiera los desvaríos de algunos.
Por cierto me ha gustado mucho la respuesta del Alcalde de Segovia, yo también opino como el Sr. Arahuetes: “que se vayan a quitarla a Murcia”.