v o l v e r
(A los caucenses en ausencia)
Hoy he vuelto a éstos lares donde viví mi infancia,
abonando el peaje que debo a la
nostalgia.
Pisan mis pies la tierra que mis
padres pisaron,
la tierra generosa donde ellos
descansaron.
Y al pisarla me fundo con su caliente
entraña,
y siento la llamada de mi ancestral raíz,
el río, los pinares, la ribera y los
campos,
parecen conocerme, formar parte de mí.
En la casa vacía donde vive el
recuerdo,
me sumergí de golpe en un tiempo feliz,
cuando la vida era de pan y chocolate,
cuando nada imposible parecía existir.
El familiar espacio pareció
recobrarme,
como si aún recordara de mi presencia
allí,
mis queridos fantasmas revivieron de
pronto,
su amada compañía me pareció sentir.
retúve aún, un instante, su presencia
sutil,
y cuando volví a abrirlos, sin poder remediarlo,
reflejaron mis lágrimas la emoción que
había en mí,
y supe que no importa que el tiempo
haya pasado,
que otros afanes nuevos me tengan
alejado,
siempre habrá dentro mío lazos que me
encadenan,
que me atan a éstos lares que mi
pasado encierran.
Salí de allí despacio y
silenciosamente,
mientras llevaba impresa en los ojos y
el alma
aquella foto en sepia, emocionadamente.